• Es una tendencia de Europa que se afianza en nuestro país. Una hora en simuladores equivale a un día en las pistas de esquí  

Cuando Alejandra (50) y su marido decidieron ir a esquiar, no perdieron tiempo y empezaron con las clases unos meses antes.. en Madrid. Sí, no tenían que desplazarse lejos y cargar con equipamiento o estar pendientes del estado de la nieve y las condiciones climatológicas ni contratar clases ni que hubiera sitio para aparcar en las pistas… No necesitaban contar con las horas necesarias para aprender a esquiar en pista.

Querían aprovechar la experiencia de su viaje al máximo. Y así no tendrían que estar preocupados por el posible peligro inicial o la sensación de que uno no para de caerse en su viaje. ¿Cómo lo hicieron y dónde? Pues todos los sábados practican en los simuladores de esquí (únicos en Madrid) de INFINIT SKI.  Son perfectos para aprender, ya que emulan la sensación de estar deslizándose en la montaña, pero con unas condiciones ideales: sin cambios de temperatura ni problemas del estado de la nieve ni falta de luz, ni ninguno de los habituales inconvenientes que se encuentran en las pistas de esquí y que ralentizan elaprendizaje. 

“Teníamos ganas de disfrutar de la nieve sin caernos tanto, así que unos meses antes sacamos un paquete de diez clases”, cuenta Alfredo, apenas termina su sesión en INFINIT SKI, la escuela de esquí de Infinit Fitness donde se utilizan estos simuladores. “Cuando se aprende de mayor tienes más miedo, pero con las clases en el simulador de INFINIT, donde no existen los contratiempos de la montaña, el cuerpo y la mente se van aflojando rápidamente. Algo impensable en las pistas de nieve”, dice.  

Cuña, deslizamiento en diagonal, giros en paralelo, todos los movimientos necesarios para ser un buen esquiador se aprenden en el simulador. Se trata de una rampa con una alfombra sintética de un material como la nieve que se desliza a distintas velocidades e inclinación. Son los principiantes quienes más aprovechan esta tecnología, que les permite llegar a la montaña más preparados.  

Las clases duran media hora y equivalen a toda una mañana en la montaña, ya que el entrenamiento es intenso y sin interrupciones. “Cuando vas a hacer una bajada, solo para subir estás de ocho a quince minutos, y después te deslizas cinco minutos”, explica Guillermo del Pozo, instructor de INFINIT SKI. “La aproximación al deporte de este modo es mucho más amena, porque no hay frío, ni viento como en la montaña, además estás ropa cómoda” añade el profesor.  

 

Para los mayores que van a aprender recomiendan tomar veinte clases, mientras que los más pequeños con diez clases están listos.  

El tapiz del simulador, de 9 x 6,55 metros, permite ajustar la velocidad desde 1 a 35 kilómetros por hora, y tiene una capacidad máxima para 4 personas. Y aún hay más: la pendiente puede modificarse desde los 10 a los 20 grados, lo que en una estación de esquí real equivaldría desde una pista verde a una negra.  

“Para realizar 30 minutos de trabajo efectivo esquiando necesitamos un día entero en pistas, por el tiempo que perdemos en los remontes o espera en la cola. Aquí, el tiempo se aprovecha al 100%, porque solo tenemos que colocarnos los esquíes y practicar”, explica José Artiach, socio fundador de INFINIT SKI.  

  A principios de este año, INFINIT SKI también sumó el simulador igual al que utiliza el "US Ski Team" como una herramienta más para la enseñanza del esquí. Esta nueva actividad permitirá a esquiadores de todos los niveles, e incluso, sin experiencia, disfrutar de una experiencia virtual única como son las sensaciones de bajar por una pista de Copa del Mundo gracias a la pantalla. 

  Ubicado en el centro comercial de Bahía Center en Madrid, está disponible durante todo el día para el que quiera aprender. Fueron los propios instructores que lo recomendaron, después de verlo en Europa o Estados Unidos, donde la práctica del “ski indoor” está muy instalada. “Una tendencia en auge en España también ya que los beneficios son muchos. Cada vez más gente aprende a esquiar en pistas sin nieve”, explica José Artiach, quien concluye antes de subirse él mismo (lo hace a diario) lo excepcional de estos simuladores.   

  “Una experiencia que engancha también a experimentados esquiadores y a gente que quiere hacer ejercicio de un modo distinto”, concluye José ya con los esquís puestos y a punto de deslizarse sobre esta pista llena de bondades.